El candidato presidencial del PDC, Rodrigo Paz, dio un giro contundente a su propuesta de política exterior al descartar cualquier acercamiento con regímenes como el de Venezuela y Nicaragua, a los que calificó de no democráticos y fracasos del llamado “socialismo del siglo XXI”. Con esta postura, el aspirante busca diferenciarse del bloque que respalda a Nicolás Maduro y que ha sido cuestionado por la comunidad internacional por su falta de transparencia electoral.
Para Paz, la política exterior boliviana de los últimos años se traduce en un aislamiento que debilitó los vínculos regionales. Como ejemplo, señaló la escasa presencia de mandatarios extranjeros en las celebraciones del Bicentenario, hecho que interpreta como síntoma del retroceso geopolítico y diplomático del país en las últimas dos décadas.
Frente a este escenario, el candidato propone una estrategia de acercamiento firme con Estados Unidos y Brasil, a quienes define como los dos “pesos pesados” del continente. Considera que ambos países deben ser los pilares de un nuevo relacionamiento internacional que permita a Bolivia reconstruir su imagen y fortalecer su presencia en espacios globales.
En palabras de Paz, la prioridad será primero recomponer los lazos con los vecinos inmediatos, para luego proyectar una diplomacia más amplia hacia Europa y otros bloques estratégicos. Con este enfoque, busca transmitir la idea de un país que retoma protagonismo internacional a través de alianzas pragmáticas y alejadas de afinidades ideológicas.