El aspirante presidencial Jaime Dunn enfrenta hoy una batalla crucial en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), en un caso que expone las tensiones entre órganos del Estado y pone en jaque la transparencia del proceso electoral. Su destino político está en manos de la Sala Plena, que se reúne esta mañana a las 10:30 para definir si su inhabilitación es revertida o confirmada.
Dunn, candidato por Nueva Generación Patriótica (NGP), presentó un recurso de apelación con el respaldo de un nuevo certificado de la Contraloría General del Estado, el cual acredita que no tiene deudas ni procesos pendientes. Para su equipo, este documento prueba que la observación en su contra carece de sustento legal.
Pero la pugna legal se ha complicado: la Alcaldía de El Alto impugnó directamente la resolución de la Contraloría, alegando irregularidades. Esta acción, vista por algunos como una jugada política, presiona al TSE a tomar una decisión en medio de intereses cruzados y posibles conflictos de competencias.
Más allá de un solo candidato, lo que está en juego es la credibilidad del proceso electoral. La resolución de hoy no solo marcará el futuro de Dunn, sino también la forma en que se garantiza el acceso equitativo a la carrera presidencial en Bolivia. Todo el país espera.