El exministro de Transporte ruso, Roman Starovoit, fue hallado muerto con una bala en la cabeza este lunes en las afueras de Moscú, horas después de ser destituido por el presidente Vladimir Putin. Las autoridades rusas manejan como hipótesis principal el suicidio, aunque aún se investigan las circunstancias del hecho. Su cuerpo fue encontrado dentro de su vehículo en el distrito de Odintsovo, y no se ha confirmado la fecha exacta de su fallecimiento.
La salida de Starovoit del cargo se dio en un contexto de creciente presión sobre el sistema de transporte ruso, fuertemente afectado por ataques con drones ucranianos que causaron cientos de cancelaciones y retrasos en aeropuertos como los de Moscú y San Petersburgo. Estos incidentes han agravado la situación logística del país en plena guerra con Ucrania, donde las infraestructuras estratégicas se han convertido en blancos prioritarios.
Antes de ocupar el Ministerio de Transporte, Starovoit fue gobernador de la región de Kursk, zona que fue parcialmente ocupada por tropas ucranianas en agosto de 2024. Aunque las fuerzas rusas recuperaron la mayoría del territorio, se cuestionó la eficacia de las defensas construidas bajo su gestión. Su sucesor en Kursk, Aleksey Smirnov, fue arrestado por malversación de fondos destinados a obras de fortificación fronteriza.
El medio ruso Kommersant reveló que Starovoit estaba siendo investigado y probablemente iba a ser imputado en el mismo caso de corrupción. Aunque el decreto presidencial no mencionó una "pérdida de confianza", como suele ocurrir en destituciones por escándalos, el vocero del Kremlin evitó aclarar los motivos de su salida. Su muerte, en ese marco, ha despertado sospechas y especulaciones.
Putin nombró como nuevo ministro a Andrei Nikitin, exgobernador de Nóvgorod y viceministro del mismo sector. La designación ocurre en medio de una crisis profunda del transporte nacional, con crecientes actos de sabotaje, explosiones en vías ferroviarias y un sistema aéreo bajo constante amenaza. La muerte de Starovoit refleja las tensiones internas del gobierno ruso, golpeado tanto por la guerra externa como por las luchas de poder internas.
