El Gobierno boliviano, a través del presidente Rodrigo Paz y el canciller Fernando Aramayo, anunció un acuerdo crucial para comenzar la exportación de carne bovina y de pollo a Egipto, un mercado de más de 118 millones de habitantes. El presidente Paz destacó que esta apertura es el "primer paso" de la nueva estrategia de su gobierno de "poner a Bolivia en el mundo y el mundo a Bolivia", y que significará un ingreso de las divisas "tan necesitadas en nuestro país".
El canciller Aramayo afirmó que esta es una "oportunidad única para Bolivia", con la cual el país proyecta cuadriplicar su potencial exportador de carne, dinamizando el sector y asegurando el flujo de divisas. El Gobierno no solo planea exportar carne, sino también incrementar el número de productos y para facilitar el proceso, se abrirá próximamente una oficina de certificación Halal en Santa Cruz.
El embajador de Egipto en Bolivia, Hatem El-Nashar, enfatizó que su país ofrece un "gran mercado para los productos bolivianos" de calidad, lo que posicionará a Bolivia como un proveedor confiable. El embajador confirmó que ya se han gestionado las certificaciones sanitarias y Halal que permitirán a las empresas bolivianas ingresar tanto a Egipto como al mundo árabe. El-Nashar destacó que la exportación traerá consigo la diversificación de mercados, la generación de empleos y el acceso a la zona económica del Canal de Suez, que facilitará el contacto comercial con África y el resto del mundo. El presidente Paz concluyó que esta iniciativa abre una "nueva frontera de mercados" que, según él, había estado bloqueada por una visión política e ideológica que controlaba el Estado.
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