El ministro de Economía y Finanzas Públicas, José Gabriel Espinoza, endureció el tono del debate político al cuestionar públicamente la gestión económica del expresidente Luis Arce. A través de sus redes sociales, Espinoza no solo atribuyó a Arce la instalación de un modelo económico “concentrado en beneficiar a unos pocos”, sino que además lo responsabilizó por lo que considera las fallas estructurales que hoy enfrenta el país.
Según el ministro, durante el periodo de Arce Bolivia experimentó “el mayor desabastecimiento de combustibles de su historia reciente”, acompañado de presuntos hechos de corrupción en YPFB que superarían los 1.000 millones de dólares. Espinoza argumentó que ese contexto derivó en un escenario crítico: una economía debilitada, inflación persistente, un déficit fiscal acumulado mayor a los 30.000 millones de dólares y unas reservas internacionales en franco deterioro. Incluso afirmó que el país estuvo “al borde de una espiral hiperinflacionaria similar a la de los años 80”, lo que —a su criterio— evidencia la fragilidad del modelo económico impulsado por Arce.
En sus publicaciones, el ministro fue especialmente duro al sintetizar su crítica: acusó al exmandatario de “convertir el pan, el oro, los dólares y el combustible del pueblo en patrimonios familiares”. Entre los datos que difundió, destacó que el Banco Central recibió 42 toneladas de oro bajo la administración anterior, pero que actualmente solo quedarían 22, de las cuales 6 ya estarían comprometidas. Ese manejo, sostuvo, “erosiona el patrimonio estratégico del país”.
En respuesta, el expresidente Arce rechazó las acusaciones y defendió su gestión señalando que el actual gobierno de Rodrigo Paz cuenta con una ventaja determinante: el respaldo de la Asamblea Legislativa, un apoyo institucional que según afirmó él nunca tuvo. Con ello, Arce buscó enmarcar las críticas como parte de una disputa política antes que como un análisis técnico de su administración.