La aprehensión de Lidia Pazzi, exautoridad vinculada al manejo económico del país, generó un nuevo foco de tensión en medio del debate sobre la situación fiscal. Su captura ocurrió mientras el Ministerio Público investiga presuntas irregularidades en decisiones que habrían incrementado el desorden financiero durante su gestión.
Según fuentes de la investigación, Pazzi habría autorizado acciones que profundizaron el desequilibrio fiscal y aumentaron la dependencia del Estado respecto a los recursos del Banco Central. Estas determinaciones, de acuerdo con los informes preliminares, habrían dejado menos margen para enfrentar la caída de reservas y otros problemas que ya se venían acumulando.
La aprehensión abrió un nuevo capítulo político, pues sectores afines a la exautoridad denuncian una persecución, mientras que el Gobierno sostiene que el proceso responde a hechos concretos que deben ser aclarados. En medio de este cruce, el caso volvió a poner bajo la lupa el manejo económico de años recientes.
Mientras tanto, las actuales autoridades remarcan que se busca encaminar una política más ordenada, reducir el gasto y evitar que los errores del pasado sigan afectando las cuentas públicas. La detención de Pazzi, según analistas, podría acelerar cambios internos y presionar para que el país adopte medidas más firmes para recuperar la estabilidad fiscal.
