Bolivia arrastró 11 años de déficit fiscal sin pausa, una cadena que, según el Banco Central, empujó al país a un escenario muy parecido al que antecedió la hiperinflación de los años 80. El presidente del BCB, David Espinoza, afirmó que esta situación se agravó en la última década y que la anterior administración dejó obligaciones sin financiamiento y un déficit que pasó de Bs 37.500 millones proyectados a Bs 50.000 millones.
La falta de acceso a créditos externos obligó a buscar recursos en el propio Banco Central, una práctica que ahora se busca frenar para evitar riesgos mayores. El nuevo enfoque económico apunta a ordenar las cuentas públicas, reducir el gasto y eliminar la dependencia del financiamiento directo del ente emisor.
Espinoza sostuvo que no se prevé un escenario crítico inmediato, pero recalcó que las condiciones heredadas eran insostenibles. Por ello, el BCB y el Ministerio de Economía acordarán metas fiscales y publicarán reportes mensuales para seguir de cerca el comportamiento del crédito, la emisión y otros indicadores clave.