Chile decidió apartar los teléfonos de las aulas y el Congreso aprobó una ley que prohibirá su uso en todos los colegios del país a partir de marzo de 2026. La medida alcanza a primaria y secundaria, tanto en instituciones públicas como privadas, y busca mejorar la concentración, el rendimiento y la convivencia escolar.
El gobierno del presidente Gabriel Boric respaldó la iniciativa, señalando que el uso descontrolado de celulares se ha convertido en un problema que afecta el aprendizaje y la salud emocional de niños y jóvenes. Para los impulsores del proyecto, la adicción a las pantallas interrumpe los procesos pedagógicos y reduce la atención en clase.
La norma permitirá excepciones únicamente en casos de emergencia, necesidades educativas especiales o situaciones médicas que requieran monitoreo. Los colegios deberán ajustar sus reglamentos internos para aplicar la restricción, mientras Chile se suma a otros países de la región que ya limitaron los dispositivos en entornos educativos.