El Gobierno anunció este martes el cierre definitivo del modelo de subvención para la harina y el pan, señalando que generó corrupción y beneficios indebidos para unos pocos. La medida llega tras la aprehensión del dirigente panificador Rubén Ríos, acusado de haberse beneficiado ilegalmente junto a su familia con la harina subvencionada.
El viceministro de Comercio, Gustavo Serrano, calificó la política de subvención como “un desastre” que afectó el bolsillo de las familias bolivianas y enriqueció a unos cuantos. Explicó que ya no existe un precio establecido para el pan, luego de que los panificadores rechazaran continuar con el convenio de insumos subvencionados que mantenía el precio del pan en 50 centavos.
De cara al futuro, el Ministerio de Desarrollo Productivo prepara un nuevo proyecto destinado a mejorar el precio del pan para los consumidores. Serrano pidió además a los municipios proteger a los panificadores que continúan vendiendo a precios accesibles frente a posibles agresiones de terceros. El Gobierno insiste en que la prioridad es un modelo transparente que beneficie directamente a las familias bolivianas.
