A tan solo un día de asumir el mando, el comandante general de la Policía Boliviana, Mirko Sokol, ha emitido un memorándum de cumplimiento obligatorio para todos los efectivos, marcando el inicio de la lucha frontal contra la corrupción que había anticipado durante su posesión del pasado viernes.
La determinación es drástica: "Queda terminantemente prohibido, solicitar, exigir, aceptar o insinuar la entrega de dinero, dádivas económicas, beneficios o cualquier tipo de favor". Esta prohibición aplica sin excepción tanto a la ciudadanía en general como a los servidores públicos policiales y miembros de la institución, independientemente de su grado o función.
El Comandante Sokol ha dejado claro que cualquier incumplimiento será considerado una falta grave y acarreará el inicio inmediato de acciones administrativas, disciplinarias o penales contra los infractores. La Policía ha enfatizado que esta medida aplica en todo momento, circunstancia y lugar, tanto durante el servicio policial como fuera de él.
La orden fue acompañada por una instrucción a todos los directores y comandantes para que difundan y socialicen la medida entre los servidores públicos bajo su dependencia. El pasado viernes, tras ser posesionado por el presidente Rodrigo Paz, Sokol había sido enfático en su mensaje: “No se arriesguen a perder su libertad, su profesión por unos cuantos centavos”. Por su parte, el vicepresidente Edmand Lara respaldó la designación, destacando la ausencia de malos antecedentes en la trayectoria del nuevo Comandante policial.