En medio de la disputa por el precio del pan y el escándalo de corrupción en la distribución de harina por parte de Emapa, el presidente Rodrigo Paz sentó una postura firme contra el uso de recursos estatales para enriquecer a dirigentes: "No pienso mantener a corruptos ni ladrones", advirtió.
El Jefe del Estado se refirió a la crisis del sector panadero, que amenaza con subir el costo del pan, asegurando que su administración "peleará" por mantener un precio bajo para el consumidor final. Sin embargo, condicionó esta lucha a la eliminación de las prácticas deshonestas.
El mandatario criticó duramente el sistema anterior, donde la subvención de la harina de trigo era utilizada para hacer "negociados" por unos "señores" (dirigentes de los panaderos) que revendían el producto en el mercado negro.
"A mí lo que me impresiona es que todo lo que es subvención en Bolivia es corrupción", lamentó Paz, añadiendo que se han tomado acciones legales. "Son miles y millones de bolivianos que se fueron en subvención para abaratar la vida de los bolivianos, (pero) era para hacer rico a unos cuantos”, aseveró.
La crisis de las subvenciones ha escalado con el caso de Emapa, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos, donde se investigan diversos casos de corrupción. El exgerente de la entidad, Franklin Flores, se encuentra actualmente prófugo de la justicia tras desaparecer de su detención domiciliaria.
Paz concluyó indicando que el objetivo del gobierno es generar un nuevo proceso basado en la honestidad: "Tenemos que generar un nuevo proceso para ser honestos en la producción y en la venta, es el mercado el que define un precio, (pero) nosotros vamos a pelear porque el precio sea lo más barato posible”.