Oriente Petrolero quedó en el ojo de la tormenta tras recibir una sanción económica superior a los Bs 100.000, una cifra que expone fallas graves en la organización del último clásico cruceño y comportamientos discriminatorios desde las tribunas. La resolución, filtrada en redes, detalla que el club acumuló infracciones por descontrol en el operativo del partido, ingreso de personas no autorizadas y deficiencias en tareas básicas como el manejo de balones, además de insultos racistas dirigidos al jugador Marc Enoumba, hecho que elevó considerablemente el monto final.
El Tribunal de Disciplina Deportiva aplicó artículos que castigan desde desorganización hasta actos discriminatorios, sumando 105.500 bolivianos en multas, justo en la antesala del nuevo duelo ante Blooming. La notificación llega en un momento clave, pues obliga a Oriente a ajustar su logística y garantizar un entorno seguro y respetuoso en el estadio de Real Santa Cruz, donde volverá a ser local.
La sanción no solo tensiona el ambiente previo al clásico, sino que reabre el debate sobre la responsabilidad de los clubes en un fútbol que aún lucha por erradicar prácticas violentas y expresiones racistas desde las gradas.
