Bolivia encara una de sus oportunidades más importantes en décadas: el repechaje intercontinental rumbo al Mundial 2026. La FIFA confirmó que La Verde se medirá en semifinales contra Surinam, selección de la Concacaf que llega con un proceso renovado y varios jugadores que actúan en ligas europeas.
El duelo se disputará en marzo, en territorio mexicano, sede elegida por su infraestructura y logística. Será partido único, sin margen para errores ni segundas oportunidades. El plantel boliviano deberá adaptarse a la altura cero, las temperaturas cálidas y un ambiente neutral, factores que pueden influir en el desarrollo del juego.
Si Bolivia consigue la clasificación, avanzará a la final del repechaje, donde el rival será Irak, una selección asiática con experiencia en torneos internacionales y un estilo físico y ordenado. El ganador de ese partido obtendrá el último boleto mundialista disponible.
El entrenador de La Verde ya trabaja en una lista preliminar con futbolistas que destacan dentro y fuera del país, apostando por combinar experiencia y juventud. Además, la Federación analiza amistosos previos para llegar con ritmo competitivo y definir el once ideal.
Han pasado muchos años desde la última vez que Bolivia estuvo cerca de un Mundial y esta es, sin duda, su ocasión más clara para volver al escenario grande. El sueño está vivo, el camino es duro y la ilusión del país entero acompaña cada paso.
