La capital mexicana fue escenario de una masiva manifestación de repudio e indignación. Miles de personas salieron a las calles de la Ciudad de México para protestar enérgicamente contra la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno, luego del asesinato de un alcalde ocurrido en un contexto de creciente violencia política en el país.
La protesta refleja la creciente frustración y preocupación ciudadana ante la ola de inseguridad que azota a diversas regiones de México, un problema que se ha agudizado con ataques directos contra figuras políticas y funcionarios públicos.
El detonante de la manifestación fue el reciente crimen de Carlos Manzo, cuya muerte violenta ha sido vista como un símbolo del fracaso de la estrategia de seguridad a nivel federal. Los manifestantes exigen justicia por este y otros crímenes, y demandan un cambio radical en las políticas de seguridad implementadas por la actual administración.
La marcha, que congregó a una diversidad de sectores, puso el foco en la responsabilidad del gobierno federal de garantizar la seguridad de los ciudadanos y de quienes ejercen cargos de elección popular.
Durante la manifestación, se escucharon consignas que criticaban directamente a la presidenta Sheinbaum, a quien acusan de no haber logrado frenar la violencia y de minimizar la crisis de seguridad. La protesta se convirtió en un fuerte mensaje de presión hacia el gobierno para que tome medidas más contundentes y efectivas.