Refaat Alathamna, médico palestino-boliviano, permanece atrapado junto a su esposa y cinco hijos en la Franja de Gaza, escenario de una devastación continua por los bombardeos israelíes. Desde allí, relata en redes sociales cómo es sobrevivir entre la destrucción, el miedo y la incertidumbre, mientras espera que la Cancillería boliviana logre evacuar a su familia.
Sus mensajes muestran el lado más humano del conflicto. Habla de su hijo menor, Ayham, de cuatro años, que creció sin conocer parques ni calles tranquilas: “Su infancia es esta: destrucción, inseguridad y drones sobre el cielo. Pero mientras sostenga mi mano sabrá que aún hay esperanza”, escribió en una de sus publicaciones.
El día a día se reduce a encontrar maneras de subsistir. Cocinar, por ejemplo, se convierte en una odisea. Sin gas ni electricidad, el médico recorre calles destruidas recogiendo restos de puertas o muebles para encender fuego y alimentar a sus hijos. “Hoy salí a buscar madera, no para construir nada, solo para cocinar. Mis hijos tienen hambre”, compartió el pasado 20 de septiembre.
Aunque Bolivia gestiona su repatriación, Israel ha negado los permisos de salida. Medios internacionales reportan que Alathamna ha sido desplazado por distintas zonas de Gaza mientras continúa pidiendo ayuda para salvar su vida y la de su familia. “No basta con reconocer al Estado de Palestina, tienen que salvarnos antes de que sea tarde”, reclamó.
En octubre de 2023, Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel en protesta por lo que calificó de genocidio contra el pueblo palestino. Según datos difundidos por Hispan TV, desde entonces los ataques han provocado más de 65.000 muertes y casi un millón de desplazados. Entre esas cifras está incluida la familia del médico, que todavía espera una salida.
El presidente Luis Arce reafirmó que Bolivia mantendrá su postura frente al conflicto: “Un genocidio no se puede ocultar, la mayoría de los países lo condena”. Sin embargo, para Alathamna y sus hijos, las declaraciones internacionales no son suficientes: lo que necesitan es un pasaje seguro para huir de la guerra y recuperar la vida que les fue arrebatada.