Durante el tercer foro político del Movimiento Juntas Hacemos Historia, realizado el 9 de julio en Santa Cruz, las voces de las mujeres lideresas y comunidades presentes fueron protagonistas al clamar: “La tierra no se vende; se trabaja y se defiende”. Esta frase reflejó la resistencia ante un modelo extractivista que amenaza sus territorios y modos de vida.
El foro, titulado “¿Desarrollo para quién? Crisis climática, extractivismo y desigualdad en Bolivia”, buscaba generar compromisos claros sobre justicia ambiental con perspectiva de género. Sin embargo, la mayoría de las y los candidatos al Legislativo respondieron con discursos genéricos y retóricos, evitando cuestionar en profundidad el modelo extractivista vigente.
Un momento tenso se vivió cuando el público pidió la abrogación de leyes consideradas incendiarias. Solo el MAS-IPSP se opuso a esta propuesta, mientras que otras fuerzas políticas la respaldaron, evidenciando la división en torno a cómo enfrentar las demandas de las comunidades afectadas.
Las mujeres lideresas, con amplia experiencia en defensa territorial y ambiental, fueron quienes formularon las preguntas más críticas, denunciando la falta de compromisos concretos y la evasión de los temas estructurales que provocan la emergencia ecológica en Bolivia. Su intervención puso en evidencia la urgencia de transformar el modelo de desarrollo.
El foro terminó con un llamado claro: la justicia ambiental no puede separarse de la justicia social y de género. La tierra no es solo un recurso, sino un espacio de vida y resistencia que debe ser defendido con políticas reales y comprometidas, donde las voces de las comunidades sean protagonistas y no ignoradas.