Seis suboficiales del Ejército chileno y un civil fueron detenidos durante un operativo de la unidad antidrogas OS7 de Carabineros, tras desarticular una banda dedicada al tráfico de cocaína desde la frontera con Bolivia hacia Santiago. En el procedimiento se incautaron 192 kilos de cocaína y pasta base, además de tres vehículos, con un valor aproximado de 3 millones de dólares.
Los militares involucrados pertenecían a la II Brigada Acorazada 'Cazadores' de Iquique y fueron dados de baja por el Ejército, que condenó su conducta como una grave falta a los valores militares. La captura fue posible gracias a una denuncia interna, según informó la fiscal regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, y los detenidos están a la espera de ser formalizados por el Ministerio Público.
El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, calificó el caso como “extremadamente grave” y anunció que la investigación buscará esclarecer cómo se contactaron los involucrados con sus distribuidores y cuál era la red detrás del tráfico. Este hecho pone en evidencia la infiltración del crimen organizado en instituciones clave del país.
Chile no es productor de drogas, pero se ha convertido en un importante punto de distribución hacia mercados internacionales debido a su red portuaria. En los últimos años, el aumento de incautaciones y la presencia del narcotráfico han generado una creciente preocupación en el Gobierno sobre la seguridad nacional y la integridad institucional.