Israel e Irán intensificaron sus ataques mutuos sin atender los llamados globales a un alto el fuego. La tensión alcanzó nuevos niveles este fin de semana con bombardeos directos sobre la capital iraní y misiles lanzados contra ciudades israelíes.
En Teherán, los ataques israelíes impactaron el Ministerio de Exteriores, la sede de la Policía, zonas residenciales e incluso se reportaron explosiones de coches bomba. Las autoridades confirmaron heridos, entre ellos civiles y funcionarios. Cuatro miembros de la Guardia Revolucionaria murieron en Jorasán del Sur.
Israel justificó sus ofensivas alegando avances peligrosos del programa nuclear iraní y la fabricación de misiles balísticos. El primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió que su país "logrará su objetivo de un solo golpe" y confirmó la muerte de altos mandos iraníes, incluido el jefe de inteligencia de la Guardia Revolucionaria.
Irán, por su parte, respondió con misiles contra Tel Aviv y acusó a Estados Unidos de apoyar militarmente a Israel. El canciller iraní aseguró que detendrán los ataques si cesa la agresión israelí. A la vez, Donald Trump declaró que hay negociaciones en marcha y que "pronto habrá paz".
La comunidad internacional incluidos Rusia, Turquía y Alemania pide frenar la escalada, temiendo que el conflicto se expanda a toda la región. Mientras tanto, el balance de víctimas crece: más de 180 muertos en Irán según medios no oficiales y al menos 14 fallecidos en Israel.