Dos detenciones en el corazón del Trópico de Cochabamba reavivaron la disputa política dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS). El domingo, la exdirigente cocalera Elba Terán fue capturada con 10 kilos de cocaína en su poder. Apenas dos días después, el martes, cayó el exviceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, luego de que en su propiedad se descubriera una fábrica de droga en pleno funcionamiento. Ambos personajes fueron parte del entorno más cercano de Evo Morales durante su gestión presidencial.
La facción “evista” del MAS reaccionó con duras acusaciones. El senador Leonardo Loza afirmó que los operativos no responden únicamente a la lucha contra el narcotráfico, sino que forman parte de un plan político para desgastar al expresidente. “Como no pueden derrotarnos electoralmente, socialmente ni democráticamente, ahora buscan involucrarnos con temas ilícitos. Quieren afectar particularmente al hermano Evo y a toda la dirigencia del trópico”, declaró en conferencia de prensa.
Otro dirigente, David Veizaga, sostuvo que se busca vincular a las seis federaciones cocaleras del Chapare con el narcotráfico para generar un ambiente de desprestigio. Según él, este tipo de acciones buscan “debilitar la legitimidad” de un sector que ha sido la base política más fuerte de Morales en las últimas décadas.
Mientras tanto, Evo Morales mantuvo un inusual silencio público tras las aprehensiones. El exmandatario participó en actos campesinos en Shinahota, donde evitó referirse al caso, pero anunció que este miércoles a las 08:00 dará a conocer su posición oficial sobre la situación de Cáceres. El hermetismo del líder cocalero genera expectativa y alimenta las especulaciones sobre el futuro de su bloque político.
Los hechos también han salpicado a otros nombres. El senador Loza aclaró que Margarita Terán, exdirigente cocalera y familiar de Elba Terán, hace años se alejó del MAS y que no mantienen contacto con ella ni con su familia. Sin embargo, la relación histórica entre estas figuras y el “evismo” hace que las detenciones adquieran un peso político mayor.
Con estos arrestos, el Gobierno muestra un endurecimiento en la lucha antidrogas, pero para los seguidores de Morales la ofensiva apunta a debilitar al bloque cocalero en plena antesala del proceso electoral de 2025. La pregunta que queda en el aire es si estos casos responden a una verdadera estrategia contra el narcotráfico o a una maniobra para sacar de la cancha al exmandatario y su círculo más leal.
