El riesgo país de Bolivia registró una significativa caída a menos de un mes de la segunda vuelta electoral, lo que los analistas interpretan como un voto de confianza de los mercados frente a un posible cambio de gobierno.
Según el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) de JP Morgan, el indicador se ubicó en 1.336 puntos al 18 de septiembre, marcando un descenso importante respecto a los 2.087 puntos registrados a inicios de año. Esta tendencia refleja un mayor interés por los bonos soberanos bolivianos y una percepción de menor riesgo por parte de los inversionistas internacionales.
El impulso comenzó antes de la primera vuelta, cuando las encuestas indicaban la posibilidad de que el Movimiento al Socialismo (MAS) pierda hegemonía. La contienda final entre el PDC y Libre reforzó la expectativa de políticas más promercado, generando compras sostenidas de bonos.
Pese a esta mejora, Bolivia enfrenta desafíos económicos significativos, como una inflación del 23,96% y la persistente escasez de dólares y combustibles. Estos temas son centrales en la campaña de Rodrigo Paz y Jorge "Tuto" Quiroga, quienes buscan consolidar apoyo de cara a la segunda vuelta.
El riesgo país sigue siendo un termómetro del cumplimiento financiero: aunque Bolivia está por debajo de Venezuela y Argentina, su puntuación aún indica alto riesgo. La reciente caída del indicador demuestra que los mercados globales observan de cerca los cambios políticos y parecen apostar por un futuro económico más estable.