La Gobernación de Santa Cruz admitió que podría no cumplir con precisión el plazo del 31 de julio establecido por la Conmebol para mostrar avances significativos en la refacción del estadio Tahuichi Aguilera, designado como sede de la final de la Copa Sudamericana. Según el director de Obras Públicas, Luis Fernando Terceros, el cronograma es dinámico y podría haber una variación de hasta una semana.
El informe más reciente de la Conmebol revela que el avance físico del proyecto apenas alcanza el 12,45%, cuando se esperaba un 40%. Esta situación ha generado incertidumbre sobre la viabilidad de Santa Cruz como sede del evento. A pesar de ello, Terceros aseguró que la final del torneo “se jugará en Santa Cruz” y que el desfase en el cronograma es mínimo.
Uno de los obstáculos señalados es la falta de fondos directos por parte de la Conmebol para acelerar las obras. Aunque no brindó mayores detalles por tratarse de un tema sensible, Terceros aclaró que los retrasos no se deben a falta de apoyo del Gobierno nacional.
En este contexto, Lima surge como una alternativa sólida para albergar la final. Ya designada como sede de la final de la Copa Libertadores, la capital peruana cuenta con experiencia y condiciones logísticas que la posicionan como un plan B viable, según informó la agencia AFP.
Desde el Comité Organizador Local, su presidente Carlos Fernando Dabdoub destacó que, pese a las dificultades, se están cumpliendo los requisitos legales y técnicos. Hizo un llamado al respaldo de los tres niveles del Estado para garantizar que la final continental se juegue en Santa Cruz, resaltando que aún es posible concretar este importante evento deportivo.